lunes, 4 de agosto de 2014

Cómo Formar el Hábito de la Lectura en Niños de Edad Pre escolar



Leer es una de las funciones más elevadas del cerebro humano, y una de las más importantes para la vida, dado que prácticamente todo aprendizaje se consolida con la lectura. La comprensión lectora es una plataforma imprescindible en la que se apoya el éxito de las personas. Estimulación Temprana a la lectura en Niños No Escolarizados Menores de 4 años,  Albornoz y Echeverry, 2010

Por mucho tiempo erróneamente se le ha atribuido  a la escuela la responsabilidad intrínseca del  aprendizaje de hábitos de  la lectura, esto debido al mito de lo complejo que significa enseñarles a leer a los niños cuando leer no sólo implica  decodificar un texto escrito sino la acción de ser capaz de comprender  y expresar  lo que el autor  quiere comunicar a través de sus producciones, ya sea cuento, fábula, historias de héroes de la Biblia,etc. en base a imágenes acompañadas de textos o la identificación de ciertas palabras; de ahí la importancia de formar el hábito de la lectura en los niños desde muy pequeños, independientemente del hecho de saber o no leer tal como literalmente se conoce, para así con mayor facilidad introducirlos en esa actividad de una manera agradable y sin imposición evitando frustrar dicho aprendizaje más adelante. Les proponemos algunos principios sencillos para poder fomentar el hábito de la lectura en nuestros niños:

 

v  El hábito de la lectura se da por Imitación Cuando los niños ven a sus padres leer periódico, revistas y/o libros con cierta frecuencia,  ellos  se familiarizarán con la lectura de tal modo que el leer les será casi tan normal y placentero como el comer.

 

v  Selección de libros adecuados Deben ser libros acordes a la edad, si se trata de bebés de 0 a 1 año los hay de telas, lavables; para niños de 1 a 3 años hay plastificados de puntas redondeadas, con diferentes texturas, interactivos donde el niño puede tocar y producir sonidos o luces de colores o movimientos de los personajes, etc., debemos tener en cuenta que mientras más interactúe el niño más agradable le será leer. Para niños de 3 a 5 años ahora hay más variedad y se les puede encontrar no sólo en librerías especializadas para niños sino en centros comerciales, para estas edades se pueden seleccionar todo tipo de textos que al niño le interese como: revistas, cuentos, leyendas, poemarios acordes a su edad, libros con temática definida como por ejemplo libros sobre dinosaurios, animales, etc. Es importante anotar en este punto que los niños que ya tienen la capacidad de hacerlo seleccionen los libros a adquirir, así mismo los padres deben considerar ese gasto como un gasto permanente pues si bien a los niños les gusta que se les repita por varios días y aún semanas el mismo texto, la compra de otro lo motivará a seguir leyendo, esto claro está de acuerdo a las posibilidades económicas de los padres

v  Ambientar un Espacio de Lectura De no contarse con el ambiente necesario puede utilizarse un rincón de la casa donde haya mayor iluminación con un estante que le permita al niño escoger los textos que va a leer en el momento que desee y podría colocarse  un cojín, tapete  o silla donde el niño pueda tener la comodidad adecuada para disfrutar de la lectura. Así mismo, es recomendable que junto a los libros se coloque crayolas, colores, plumones o témperas con hojas para que así el niño pueda expresar a través de actividades gráfico plásticas lo que comprendió a través de la lectura o simplemente crear en base a ella.

 

v  Establecer una Rutina de Lectura en voz Alta  El horario en el que le lea un texto a su niño debe ser en lo posible siempre el mismo, en la mayoría de casos este momento que resulta ser muy placentero para los pequeños pues establece una conexión afectiva entre ellos y sus padres se da antes de dormir, esta acción hará que inconscientemente relacionen el placer de estar al lado de sus padres con el placer de leer. Es importante usar las inflexiones de voz adecuadas en la lectura del texto, es decir el cambio de tono voz, por ejemplo, cuando un personaje habla, cuando hay tensión en lo que narra el autor, etc., al variar el tono de voz  el niño debido a su alto potencial imaginativo visualiza y forma parte de lo que le es narrado facilitándole y estimulándolo altamente en el nivel de comprensión.

 

 

 

 

 

 

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